Corals and bryozoans from the early miocene coral reefs in La Guajira (Northern Colombia)
- Flórez Romero, Diana Paola
- Juan Carlos Braga Alarcón Director
Universidade de defensa: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 08 de maio de 2020
- José Manuel Sánchez Martín Presidente/a
- Antonio Gerardo Checa González Secretario/a
- Nadiezhda Krupskaya Santodomingo Aguilar Vogal
- Carlos María López de la Cuadra Vogal
- Javier Souto Derungs Vogal
Tipo: Tese
Resumo
Los arrecifes de coral de aguas someras se caracterizan por ser uno de los ambientes más diversos de la Tierra y cumplir con importantes roles ecosistémicos, interactuando de forma física, biológica y geoquímica con los ecosistemas marinos y terrestres adyacentes. Los corales arrecifales prosperan especialmente en la franja tropical del planeta, donde gracias a la permanente intensidad lumínica y a su asociación con las algas simbiontes forman los impresionantes marcos estructurales que conocemos. Entender la capacidad de respuesta de la fauna arrecifal ante los diversos cambios ambientales y geológicos bajo condiciones naturales no antropizadas, así como los procesos evolutivos de dicha fauna a lo largo del tiempo, proporciona información de línea base para pronosticar escenarios a corto, medio y largo plazo, útiles en la toma de decisiones para la gestión sostenible de estos importantes ecosistemas. La Península de La Guajira, ubicada en la cuenca del Caribe, al nordeste de Colombia, pese a estar geográficamente en el trópico, actualmente presenta condiciones ambientales atípicas que limitan el desarrollo óptimo de arrecifes de coral. No obstante, el registro geológico narra una historia diferente. La Formación Siamaná, de edad Mioceno temprano (ca. 20-23 Ma), aflora en al norte de la península, en las estribaciones de las serranías de Cosinas, Jarara y Macuira. En ella, abundantes depósitos fosilíferos, ricos en corales y malacofauna, han sido reportados en los escasos trabajos geológicos realizados en el área. Sin embargo, estudios acerca de la distribución espacio-temporal y la sedimentología de los depósitos arrecifales, intentos de interpretaciones paleoambientales detalladas, así como estudios taxonómicos exhaustivos de sus componentes no han sido efectuados hasta la fecha. Por ello, es importante aportar información que fortalezca el conocimiento de los arrecifes en el Caribe colombiano y es de interés responder a las siguientes cuestiones: 1. ¿Qué tipo de estructuras arrecifales existieron en el Mioceno temprano en la Formación Siamaná? 2. ¿Cómo están distribuidas dichas estructuras temporal y espacialmente? 3. ¿Cuáles son los rasgos sedimentológicos básicos de estos arrecifes? 4. ¿Qué especies de corales escleractinios, hidrocorales y briozoos los constituían? 5. ¿Que papel desempeñaban estos organismos en la estructura arrecifal? 6. Según las asociaciones observadas, ¿cómo eran las condiciones paleoambientales de los arrecifes de La Guajira? Nuestras observaciones indican que durante el Mioceno temprano (ca. 23–20 Ma) existió un sistema arrecifal en óptimas condiciones de desarrollo en el margen sureste de la serranía de Jarara (posición actual). El paisaje estuvo dominado por dos tipos de arrecife que tuvieron un crecimiento coetáneo: 1) Arrecifes de tipo parche, distribuidos en una zona lagunar poco profunda, con aportes reducidos de material terrígeno proveniente de la paleoisla de Jarara y, 2) Arrecifes de barrera discontinua, rodeando la misma paleoisla. En ambos casos los corales escleractinios fueron los principales organismos bioconstructores. Ambos tipos de arrecifes estuvieron dominados por colonias de formas masivas (“domestone”), erectas (“pillarstone”) y sus combinaciones (“mixstone”), en ambientes de aguas claras y poco profundas. En los sedimentos bioclásticos que rodean las colonias de coral (“rudstone”) son comunes los restos de moluscos, algas coralinas, foraminíferos bentónicos y equinodermos. De la fauna estudiada, en total se han descrito 32 morfo-especies de corales perteneciente a dos órdenes (Scleractinia y Anthoathecata), 12 familias, y 15 géneros. La mayoría de estas especies se extinguieron en dos pulsos posteriores, el primero de ellos en el transcurso del Mioceno temprano y el segundo en la transición del Plioceno al Pleistoceno, y solo tres especies continúan existiendo en los arrecifes modernos del Caribe. Por otra parte, en la fauna de briozoos asociados a los arrecifes de coral se han descrito 32 morfo-especies pertenecientes a dos órdenes (Cyclostomata y Cheilostomata), integrados en 20 familias, y 28 géneros, de los cuales dos géneros y ocho especies son nuevas para la ciencia. La fauna hallada revela que podría haber existido una conexión faunística durante el Mioceno temprano con el Mar Mediterráneo y el Pacifico americano, favorecida por la alta capacidad de algunas de las especies para crecer en varios tipos de sustrato y subsistir en diferentes tipos de ambientes. Aunque por su reducido tamaño los briozoos no cumplieron un papel prioritario en la construcción de arrecifes en la Formación Siamaná, sus colonias incrustantes y erectas de hábitos crípticos contribuyeron al relleno de cavidades, cementación y acreción de las estructuras. La riqueza de especies en ambos phyla sugiere una mayor diversidad en los arrecifes de barrera que en los parches de la laguna. La Formación Siamaná aún alberga información valiosa por ser develada. Futuros estudios que exploren nuevas localidades dentro de la formación contribuirán a mejorar el conocimiento de los arrecifes del Mioceno temprano, así como a descubrir nuevos paleoambientes y especies de corales y briozoos, que contribuyan a esclarecer la historia evolutiva de estos dos importantes grupos de organismos. Adicionalmente, para entender el posterior colapso de las comunidades arrecifales en La Guajira colombiana se hace necesario ampliar los estudios paleontológicos y sedimentarios espacial y temporalmente.