Evaluación del contexto institucional y organizativo para la protección de la población ante los incendios forestales

Resumen

Los incendios forestales son uno de los principales problemas a los que se enfrentan los bosques del sur de Europa. El aumento de la duración de la temporada de incendios debido al cambio climático (Jolly et al. 2015) y otros factores, como la expansión urbana y los cambios de los usos de la tierra (Modugno et al. 2016), hacen que se registren con más frecuencia episodios de incendios extremos. Este tipo de incendios originan graves daños ambientales, económicos y sociales (Moritz et al. 2014), a la vez que importantes desafíos presupuestarios para las Administraciones públicas. Los crecientes costes de extinción se deben en gran medida a las adversas condiciones climáticas y de la biomasa, pero también, de forma muy destacada, a la creciente presencia de viviendas y población en áreas propensas a incendios (Gebert et al. 2007; Gude et al. 2013). A pesar de lo cual, a menudo los eventos extremos sobrepasan la capacidad de extinción causando daños devastadores. Por este motivo, se hace imprescindible desarrollar políticas para prevenir, preparar y responder mejor a la ocurrencia de incendios forestales (Moritz et al. 2014; Williams et al. 2018). Una buena comprensión de la distribución espacial de eventos pasados, identificación y cuantificación del riesgo en la proximidad de áreas pobladas y, en consecuencia, de la población expuesta al riesgo, puede proporcionar información crítica para mejorar la preparación y la capacidad de respuesta de las comunidades locales, reduciendo su vulnerabilidad y aumentando su resiliencia social al riesgo de incendios forestales.