Edificio Vello Cárcere. Rehabilitación de la antigua de la antigua cárcel de Lugo para centro cultural

  1. Covadonga Carrasco
  2. Juan Creus
Revista:
On diseño

ISSN: 1695-2308

Ano de publicación: 2017

Número: 376-377

Tipo: Artigo

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Resumo

La intención de recuperar la antigua cárcel de Lugo como espacio ciudadano, en el que las celdas se convierten en espacios transmisores del tiempo exterior y de acontecimientos ciudadanos, preside la filosofía con la que los autores han llevado a término su proyecto. La Antigua Cárcel del Partido Judicial de Lugo es un hermoso edificio, situado muy cerca de la muralla, proyectado por Nemesio Cobreros en 1878 según los criterios de mejora que introdujeron las primeras cárceles Modelo. La cárcel es un edificio concebido para una comunidad sin territorio que apenas percibe el paso del tiempo, pero que se dispone ordenada y clasificada en pequeños cuartos pues, como dice M. Foucault en su libro Vigilar y castigar: “el espacio de la disciplina es siempre, en el fondo, celular”. El proyecto parte de la idea de que el edificio debía ser el protagonista, y su espacio interior ser devuelto a la ciudad como una calle por la que caminar y reunirse, dialogar y mostrar cuestiones que, expuestas a la vez y aprovechando el orden ya construido, pueden ser cultura sin museo. Así pues la intervención trata de revelar lo que un espacio es partiendo de lo que fue, tratando con sumo cuidado las muchas miradas que se pueden hacer y se han hecho. Por eso las nuevas puertas, aún cerradas, dejan ver y atravesar los espacios, conectando unos niveles con otros. Y por eso también se abren dos nuevas entradas al patio exterior, mostrando un recinto renovado y porticado que será una nueva plaza. También se recuperan cada hierro, cada madera, de lo que fue la cárcel antigua, devolviéndole sus cubiertas. Hay elementos tan interesantes como la hermosa cercha Polonceau del espacio central o una bóveda de ladrillo que apareció en el módulo de arqueología. El cuerpo de acceso, el más reciente y transformado, se ha intervenido creando un nuevo edificio, separado de sus paredes, que es auditorio y biblioteca, y que asoma en la cubierta como cafetería. En definitiva, se utiliza el gran valor que tiene el vacío como espacio de descanso y memoria, tanto de los ejes visuales y de recorrido que atraviesan el edificio, como de los patios y recinto perimetral, concibiendo su conjunto como una infraestructura construida con una misma textura que multiplica las posibilidades de acceso, dotando de independencia no solo a cada uno de los edificios sino también a los espacios de uso colectivo principales, todos ellos con proyección exterior y vínculos con la ciudad. Finalmente, se propone una ordenación conjunta de esta parte de la ciudad, marcando la preferencia peatonal del ámbito mediante la concepción de la calle lateral como boulevard, unificando su pavimento pétreo entre los patios de la cárcel y la estación de autobuses, y tratando con tierra compactada la plaza y el jardín de la fachada principal, en la búsqueda de una actuación cuidada de limpieza de elementos, interpretando la imagen histórica del espacio de relación entre la cárcel y la puerta de la muralla y devolviendo protagonismo a los árboles como definidores espaciales.