Entendiendo a Sota. Una lectura crítica a propósito de la construcción del edificio de viviendas en la calle Gondomar (Pontevedra)

Resumen

La actitud de Alejandro de la Sota hacia la arquitectura se caracteriza por su sensibilidad, su elegancia, su buen gusto, y por un interés por su construcción que podríamos definir como ‘no convencional’. Este texto busca entender el punto de vista de Sota sobre la construcción, haciendo un análisis crítico y directo de su edificio de viviendas en la calle Gondomar, prescindiendo del contexto interpretativo habitual: su discurso y el de la historiografía reciente. Así, se pretende clarificar su relación con la tecnología y determinar hasta qué punto la construcción es determinante en su arquitectura. Sota proyecta estas viviendas para su propia familia en las condiciones habituales de Galicia del momento, es decir, con restricciones económicas y buscando el máximo aprovechamiento de la superficie edificable. El proyecto de 1967 se modificará en 1972, cuando Sota lo cambia todo: desde la cubierta —antes inclinada— hasta las fachadas. En una primera visita al inmueble sorprenden sus galerías, sus terrazas ajardinadas, su entonces novedosa fachada de mortero y sus ventanas de guillotina, que despiertan en el observador el interés por conocer el resto de la construcción. Ha sido determinante poder acceder al interior de las viviendas y a la terraza superior. Las últimas plantas son las mejor conservadas y conceptualmente las más interesantes. Todavía se puede experimentar en su interior la naturalidad y el confort que Sota procuraba para el espacio doméstico, de manera que actuando sobre la superficie de las cosas —su espesor y sus proporciones— se conseguía ahuyentar a la forma. Sota pretendía actualizar la construcción tradicional de la arquitectura urbana gallega sin hacerse grandes planteamientos formales. Por eso, uno de los argumentos más consistentes que permiten dar cuenta de este edificio es la experimentación constructiva con la tecnología disponible, que se encuentra presente desde la cubierta hasta la última barandilla del portal de entrada. Sota alude en sus escritos a la tecnología. ¿Pero cómo es esa tecnología? ¿Para él es lo mismo que la construcción? No se refiere a unas técnicas concretas o a unos conocimientos específicos. Para él la tecnología parece ser tan solo una aspiración, un ideal, porque sus conocimientos sobre construcción son escasos y deficientes. Sota asume muchos riesgos en la construcción, y de hecho, buena parte de su obra se halla en un estado de auténtica ruina —resulta insólito que Sota rehabilitase su propia obra en vida—, al tiempo que algunos de sus edificios han sido modificados o simplemente, han desaparecido. No cabe duda de que la arquitectura de Alejandro de la Sota fue realizada con una gran sensibilidad, pero habría también que añadir sin rigor constructivo. La mera sustitución de las carpinterías del edificio de la calle Gondomar, realizada con una sensibilidad muy distinta, ha cambiado el tono general del interior de las viviendas. Por eso, si la tecnología en Sota es determinante en su arquitectura, no lo es por criterios intrínsecos a la buena construcción; de hecho, cuando sus edificios se rehabilitan con otros criterios, su arquitectura desaparece. Palabras clave: Construcción, Experimentación, Atmósfera, Sensibilidad, Fragilidad.