La reflexión de Jorge Oteiza sobre el espacio urbano en los años cincuenta. Una posible relectura contemporánea

  1. López Bahut, Emma
Libro:
I Congreso Pioneros de la Arquitectura Moderna Española: Vigencia de su pensamiento y obra: Actas digitales de las Comunicaciones aceptadas al Congreso.
  1. Couceiro Núñez, Teresa (coord.)

Editorial: Fundación Alejandro de la Sota

ISBN: 978-84-697-0296-3

Ano de publicación: 2014

Páxinas: 502-512

Congreso: Congreso Pioneros de la Arquitectura Moderna Española (1. 2014. Madrid)

Tipo: Achega congreso

Resumo

El avance de la arquitectura española en la década de los años cincuenta se debió, entre otros factores, a las colaboraciones e intercambios entre arquitectos y artistas, de los cuales el escultor Jorge Oteiza es una figura de referencia. En esa década, al mismo tiempo que desarrollaba su proceso experimental en la escultura, participó en el mundo arquitectónico interviniendo tanto en numerosos proyectos -con diferente grado de implicacióncomo en la construcción de un discurso teórico centrado en el modo de integración del arte y la arquitectura partiendo del espacio como materia común. Durante el año 1958 Oteiza reflexiona sobre la ciudad que, al igual que su escultura conclusiva (cajas vacías, cajas metafísicas), es entendida como espacio desocupado de formas, pero con la suficiente potencia para cumplir una función de servicio a las personas, material y espiritual. Una ciudad que, frente a la ocupada por formas, artilugios, publicidad acoge vacíos transformados en espacios receptivos, que tienen cualidades más allá de la materia arquitectónica que la rodea y donde se desarrolla la vida política y espiritual de sus habitantes. Aparecen en su propuesta para el Monumento a José Batlle en Montevideo y en intervenciones posteriores: “Frente al tipo de plaza cerrada y ocupada que se repite [la plaza] se abriría desocupada y receptiva. Estéticamente en su comportamiento correspondería al de una inmensa estatua vacía, facilitando al máximo la libertad de circulación del ciudadano, una posibilidad de reposo espiritual e incluso de reflexión” (Oteiza, Monumento al Foguerer en Alicante, 1972). Actualmente asistimos a un debate tenso sobre el espacio público y la participación social en su configuración y utilización. Nuevas formas de uso están siendo demandadas y ejecutadas por parte de la ciudadanía y, al mismo tiempo, se impone una ocupación formal unida a la privatización de ese espacio y a un control por parte de otros poderes. Hoy en día, la plaza, como fundamento de la ciudad, se encuentra en el epicentro de este debate. Un redescubrimiento del espacio por parte de la ciudadanía que acoge sus acciones más visibles mediáticamente, como el 15-M o el movimiento Occupy, o su recuperación y puesta en marcha, como el Campo de la Cebada en Madrid. Por ello, en el contexto actual tiene absoluta vigencia retomar las reflexiones de Oteiza sobre la ciudad, el espacio entendido como protagonista de la ciudad, como obra de arte, como continente físico y espiritual, cargado de sentido político (ciudadano). El objetivo de este texto es plantear y establecer las conexiones entre la propuesta arquitectónica-urbana que Oteiza defiende a finales de los cincuenta y las situaciones que, en el contexto actual, se están generando por parte de una ciudadanía que interviene directamente, al margen de lo establecido en el espacio urbano. Palabras clave: Jorge Oteiza, ciudad, espacio, ciudadanía, política