Fiabilidad y validez de una nueva medida de autoinforme para la evaluación de la ansiedad/fobia social en adultos
- Salazar Torres, Isabel Cristina
- Vicente E. Caballo Manrique Director/a
Universidad de defensa: Universidad de Granada
Fecha de defensa: 26 de septiembre de 2013
- José Antonio Carrobles Isabel Presidente/a
- Humbelina Robles Ortega Secretario/a
- Manuel de la Fuente Arias Vocal
- María Jesús Irurtia Muñiz Vocal
- M. A. Simón Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
El trastorno de ansiedad social (TAS) o fobia social (FS), uno de los trastornos de ansiedad más comunes, se caracteriza por un intenso y persistente miedo a estar expuesto a personas poco conocidas, a ser observado o evaluado por los demás o por la posibilidad de hacer o decir algo embarazoso en situaciones de actuación o de interacción social. Dado que el TAS es un trastorno relativamente nuevo dentro de los sistemas de clasificación diagnóstica, su evaluación también es un campo de relativo reciente desarrollo. Un primer paso para entender y tratar eficazmente el TAS consiste en desarrollar medidas válidas para su evaluación. Los métodos que tradicionalmente se han empleado para la evaluación del TAS son las entrevistas y las medidas de autoinforme. Las medidas de autoinforme, en su mayoría, han sido desarrolladas en países anglosajones y, posteriormente, han sido traducidas y utilizadas por clínicos e investigadores de todo el mundo. En otras palabras, se están utilizando autoinformes con personas cuya lengua materna no es el inglés y que a nivel sociocultural, posiblemente, sean distintas de aquellas pertenecientes a los países en los cuales estos instrumentos fueron creados. En el mejor de los casos, además de la traducción, se ha hecho algún tipo de validación de la medida. Una revisión de la literatura ha permitido identificar algunas limitaciones de estos autoinformes, sobre todo en cuanto a su validez factorial y de contenido y los puntos de corte definidos para detectar la presencia de ansiedad/fobia social. Por ejemplo, hemos detectado algunas inconsistencias en cuanto a la validez factorial de los cuestionarios, pues carecen de estabilidad en el número de factores que lo componen y varían según el país del que procedan las muestras. Su validez de contenido también es cuestionable, pues la mayoría de los autoinformes incluyen situaciones sociales poco relevantes (por lo menos para las poblaciones con lenguas hispanas), como beber, comer, escribir o trabajar mientras le observan, o no recogen otras que sí lo son, como la interacción con el sexo opuesto (o por el que se siente atraído). Otra limitación interesante son los puntos de corte que han sido definidos para la identificación de los sujetos con TAS/FS. Aunque los informes originales presentan una propuesta, la réplica de algunos estudios con distintas muestras (de otros países) termina con recomendaciones sobre el cuidado que debe tenerse a la hora de clasificar a los sujetos con TAS/FS con tales puntuaciones. Y esta cuestión es aún más problemática cuando se trata de las mujeres, porque aunque éstas presentan generalmente mayores niveles de ansiedad social, al utilizarse los mismos puntos de corte que para los hombres, se están produciendo muchos falsos positivos. Todas estas cuestiones formaron parte de las principales motivaciones para llevar a cabo esta tesis doctoral. El objetivo principal de esta tesis doctoral fue desarrollar y evaluar las propiedades psicométricas de un nuevo instrumento de autoinforme, el "Cuestionario de ansiedad social para adultos" (CASO-A30), para la evaluación transcultural de la ansiedad/fobia social en adultos de países iberoamericanos. La tesis doctoral está formada por 13 estudios realizados con amplias y distintas muestras clínicas y no clínicas, que han involucrado a 149 equipos de colaboradores de 20 países iberoamericanos. A través de los primeros estudios se logró realizar la selección de los ítems más representativos del universo de situaciones sociales temidas, hasta llegar a construir una versión del cuestionario cuya longitud facilitara su uso en los ámbitos clínico y de investigación. Aunque las propiedades psicométricas del cuestionario fueron hallándose a medida que se obtenían las distintas versiones, los últimos trabajos permiten conocer plenamente los datos sobre la validez de constructo y concurrente, la fiabilidad y la consistencia interna de la versión final de esta nueva medida de autoinforme (el CASO-A30), así como los puntos de corte que se podrán utilizar para identificar a los sujetos con ansiedad/fobia social. Los análisis estadísticos (análisis factoriales exploratorios y confirmatorios y ecuaciones estructurales) permitieron hallar una sólida y estable estructura pentafactorial del CASO-A30. Las cinco dimensiones (o factores) de la ansiedad social que forman el cuestionario son: 1) Hablar en público/Interacción con personas de autoridad, 2) Interacción con desconocidos, 3) Interacción con el sexo opuesto, 4) Expresión asertiva de molestia, desagrado o enfado y 5) Quedar en evidencia o en ridículo. Por otra parte, su validez de constructo también quedó demostrada por la validez convergente mostrada con otras medidas de autoinforme que se utilizan en la actualidad para evaluar la ansiedad/fobia social (p. ej., la LSAS-SR, la subescala de Fobia social del SPAI y el SPIN) y la validez divergente con la subescala de Agorafobia del SPAI, el BDI-II (que evalúa depresión) y el Cuestionario CAGE (que evalúa alcoholismo). La validez concurrente del CASO-A30 se demostró por sus altos niveles de relación con la ADIS-IV-L, entrevista que es considerada actualmente como el patrón tipo ("gold standard") para los trastornos de ansiedad según el DSM-IV. Los índices de consistencia interna y de fiabilidad del nuevo cuestionario, calculados mediante los coeficientes alfa de Cronbach, el método de las dos mitades de Guttman y la fiabilidad compuesta, fueron adecuados (de moderados a altos). El análisis de las diferencias de sexo mostró que las mujeres tenían mayores niveles de ansiedad social que los hombres en las dimensiones y de forma global en el cuestionario. Con base en estos hallazgos se establecieron puntos de corte, según el sexo, para cada una de las cinco dimensiones y para la puntuación total del CASO-A30. En conclusión, las adecuadas propiedades psicométricas, la extensión (30 ítems) y la sencillez (en la formulación de los ítems y el formato de respuesta) del CASO-A30 perfilan a este cuestionario como un instrumento de gran utilidad para la evaluación de la ansiedad social, cuidando las diferencias de sexo y permitiendo identificar con gran precisión la naturaleza de los temores sociales y el grado de generalización del problema.