Dinámicas socioterritoriales en la amazonía boliviana. El territorio indígena mojeño-ignaciano como estudio de caso
- JABARDO PEREDA, VIRGINIA
- Manuel Mollá Ruiz-Gómez Director
- Juan Carlos Gimeno Martín Co-director
Defence university: Universidad Autónoma de Madrid
Fecha de defensa: 24 April 2013
- Nicolás Ortega Cantero Chair
- Javier Rodríguez Mir Secretary
- M. Teresa Ayllón Trujillo Committee member
- José Antonio Cortés Vázquez Committee member
- Marisa Noemí González de Oleaga Committee member
Type: Thesis
Abstract
Ubicados en la gran planicie que conforma la Llanura de Mojos del departamento del Beni (Bolivia), habita el pueblo indígena mojeño-ignaciano. Existen vestigios arqueológicos que evidencian la presencia de asentamientos de ésta y otras culturas indígenas de la Amazonía boliviana en dicho espacio geográfico, ya desde el periodo precolombino, que nos hablan de la ocupación histórica de la pampa beniana. Debido, en buena medida, a la continua desposesión de territorios comunales que ha venido aconteciendo en esta región desde la época colonial, los mojeños -constituidos como movimiento indígena- reclaman frente al Estado el reconocimiento y la apropiación de tales espacios en base a las necesidades reproductivas de sus comunidades. El territorio ha constituido para la población mojeño-ignaciana la base sobre la que han (re)configurado su identidad cultural. Sobre él han desplegado sus formas de vida, sus organizaciones locales, sus actividades socioproductivas y sus estructuras simbólicas. En los territorios que habitan se proveen de los recursos naturales necesarios para la reproducción de las unidades domésticas. La historia de tales poblaciones étnicas ha estado marcada por una paulatina pero constante privación del acceso a territorios comunales ejercida tanto por colonizadores extranjeros como por terceros (ganaderos, agricultores, colonos y comunidades no pertenecientes a ningún Pueblo Indígena u Originario). Frente a tal situación estas poblaciones adoptaron diferentes estrategias que fueron desde la resistencia pasiva a la rebelión armada, hasta que a finales del siglo pasado se produjo un salto cualitativo que marcó un punto de inflexión en la historia del movimiento indígena de Mojos. Durante la segunda mitad del siglo XX tuvo lugar, en los bosques de esta región, una masiva explotación de tipo selectivo de aquellos recursos naturales de mayor valor comercial. Este episodio fue el desencadenante definitivo que inauguró un nuevo escenario de lucha política en el que el enfrentamiento abierto hacia el Estado se antojaba como la única y determinante opción. El año 1990 fue testigo del inicio de un arduo y tenso ¿en ocasiones incluso violento- proceso de lucha por el reconocimiento de los derechos colectivos de los pueblos indígenas de las tierras bajas. Entre el conjunto de derechos sobresaldrían por encima de todos los derechos territoriales. Brotó entonces un sentimiento de lucha que fue canalizado por el Movimiento Indígena del Oriente Boliviano, en el que el pueblo mojeño desempeñó un rol fundamental por tomar la iniciativa de entre el conjunto de pueblos indígenas que lo conformaban. En el año 1990 tuvo lugar la Marcha por el Territorio y la Dignidad la cual significó un hito del movimiento indígena a nivel nacional, constituyendo el acontecimiento político de mayor envergadura de la historia contemporánea de los pueblos indígenas amazónicos de Bolivia. Tras dicha movilización las poblaciones étnicas de Mojos inauguraron un proceso de visibilización a nivel político, que hasta entonces ni siquiera habían imaginado. El 18 de octubre de 1996 entró en vigor la Ley número 1715, más conocida como Ley INRA por provenir del Instituto Nacional de la Reforma Agraria. Dicha ley tenía la complicada tarea de regular las demandas de tierras de los pueblos indígenas y las concesiones de las mismas en el conjunto del territorio nacional. Esta nueva legislación constituyó el marco en el que apareció una nueva figura legal: Tierra Comunitaria de Origen (TCO), espacio geográfico delimitado en base a los requerimientos de cada uno de los pueblos originarios que así lo solicitasen y concedido en propiedad privada a cada uno de estos. El pueblo mojeño-ignaciano, tras haber constituido la Subcentral del TIMI (Territorio Indígena Mojeño Ignaciano, conformada por 19 comunidades) ¿organización representante de las comunidades ignacianas- demandó la titularidad comunitaria de la tierra en el año 1999, proceso que no finalizaría hasta el año 2011. El área actual correspondiente a ésta es de 98. 398 hectáreas, las cuales están ocupadas en torno al 49% por estancias ganaderas. Este fenómeno, que determina el acceso y uso de los recursos naturales entre los agentes locales que operan al interior de dicho espacio territorial, constituye la principal fuente de conflictos que envuelve a los diversos actores sociales de Mojos; estos son indígenas y ganaderos principalmente. La obtención legal del título de propiedad de la TCO, ha desencadenado entre los indígenas ignacianos una reformulación de sus estructuras locales socioeconómicas así como de su organización política, en torno a la reivindicación del territorio. Asimismo el conjunto de comunidades ignacianas han readaptado los esquemas perceptivos en los que se proyecta su relación con el entorno local, con los territorios, en definitiva, con el espacio. La hipótesis de partida que orienta esta investigación se enuncia de la siguiente manera: Debido a las dinámicas socioterritoriales que en la región amazónica boliviana se definen por la reducción, expropiación y reapropiación de territorio por parte de los terceros desde el periodo colonial, el pueblo indígena mojeño-ignaciano se está viendo inmerso en una serie de transformaciones a nivel sociocultural, político y económico y de construcción de la etnicidad, marcadas por la actualidad política, lo cual les ha sumergido en un proceso de reconstrucción identitaria con el fin de consolidar los territorios que legítimamente consideran propiedad comunal. La institucionalización de las Tierras Comunitarias de Origen no ha resuelto los problemas de fondo referentes al agro boliviano, los cuales requieren de nuevas acciones y renovadas políticas conducentes a redefinir, junto con la participación de las poblaciones locales, en un plano de justicia social, las relaciones de desigualdad que tradicionalmente han desplegado los gobiernos de turno frente a las poblaciones indígenas de Bolivia. Teniendo presente lo anterior, el objetivo general de la presente investigación consiste en diagnosticar e identificar las transformaciones producidas en el seno de las estructuras locales socioeconómicas, políticas y económicas del grupo étnico mojeño-ignaciano, en base a las dinámicas socioterritoriales, dando a conocer la situación por la que está atravesando dicho grupo social, de la mano del saneamiento de tierras y titulación de territorios, con las consecuentes mutaciones que operan al interior de su organización. El objetivo general de la investigación integra a toda una serie de planteamientos secundarios pero no por ello menos importantes. Se enumeran a continuación los objetivos específicos que pretende alcanzar este trabajo: ¿ Identificar los problemas estructurales referentes al agro boliviano, dado que es en este contexto que se enmarcan las demandas territoriales en Mojos y de manera específica en la TCO TIMI. Para ello se busca analizar los elementos específicos del proceso agrario como lo son el saneamiento de tierras y la consecuente titulación de dicha tierra comunitaria. ¿ Pensar acerca del vínculo que articula las relaciones entre el pueblo mojeño-ignaciano y el espacio geográfico demandado. Veremos además en qué medida las comunidades ignacianas mantienen una peculiar relación, que algunos incluso califican como interesada, frente a la TCO. ¿ Demostrar hasta qué punto las dinámicas socioambientales han determinado las respuestas del pueblo mojeño-ignaciano frente a los procesos territoriales. Tras la exposición de una revisión etnohistórica sobre sociedades tradicionales que habitaban los llanos de Mojos, podremos comprobar de qué manera estas poblaciones, ya desde el periodo prehispánico, desarrollaron ciertos sistemas de manejo del territorio que les permitieron desplegar un amplio elenco de respuestas adaptativas. ¿ Reflexionar acerca de la reconceptualización territorial que ha tenido lugar como consecuencia de los cambios producidos en las lógicas comunales del grupo étnico ignaciano como por parte de la práctica reivindicativa desplegada frente al Estado nacional y Plurinacional actual. Una de las principales estrategias que ha focalizado la lucha por el reconocimiento de los derechos territoriales en Mojos ha requerido de una nueva noción de territorio que se adapte a lo estipulado por las esferas gubernamentales. ¿ Analizar, del mismo modo, la reconceptualización de la identidad étnica en base a la apropiación del territorio. Se pretende entender hasta qué punto la dimensión identitaria mojeña va ligada al proceso de reivindicación territorial y es que volviendo a la idea anterior, los pueblos originarios se han insertado desde tiempos recientes en unos esquemas de acción ajenos a sus lógicas de reconocimiento ¿endógeno y frente al exterior- colectivo. El factor étnico se ve constantemente reconfigurado en base a las nuevas exigencias legislativas y político-administrativas. ¿ Hacer dialogar a dos disciplinas sociales como son la Geografía y la Antropología en el marco de la intedisciplinariedad. Relacionado con el punto anterior se pretende por lo tanto, suscitar una reflexión acerca de los estudios de la etnicidad insertos en un contexto local en donde la identidad se reconfigura en base a un proceso de territorialización, lo cual conduce a un análisis de identidades territorializadas. ¿ Esclarecer las situaciones de conflicto que tienen lugar al interior de la TCO TIMI, entre dos actores sociales principales: los ganaderos y las comunidades ignacianas. Considero que la fuente principal que provoca este tipo de conflictos es la apropiación de los espacios naturales de Mojos y como consecuencia pretendo incorporar a este estudio una tipología de tales conflictos. ¿ Exponer algunas de las alternativas de gestión territorial y de conservación de recursos naturales que recientemente se están llevando a cabo en la TCO TIMI, revalorizando el importante rol que en ello juega el conocimiento local indígena así como el mantenimiento de la jurisdicción sobre los territorios que ocupan. ¿ Concebir espacios de reflexión y debate que giren en torno a la cuestión indígena en Bolivia, y de modo específico en Mojos, encaminados a generar propuestas y a debatir acerca de cómo han intervenido los procesos que en este trabajo se plantean en la nueva relación establecida entre las poblaciones indígenas de Mojos y el Estado. Dar a conocer fuera de las fronteras de Bolivia, la realidad de estas poblaciones es uno de los objetivos que persigue este trabajo. El análisis de las relaciones históricas mantenidas entre los grupos humanos y los territorios en los que estos habitan, la relación espacio/sociedad, ha constituido el objeto de estudio de muchas disciplinas y en especial de los estudios geográficos y de manera particular de la Geografía Humana y Cultural desde la que se comenzó a prestar atención a la relación entre los territorios y los grupos humanos en términos de identidad. Mientras que en el seno de la Geografía Regional los estudios del lugar ganaron un renovado interés que orientaría sus trabajos, un renovado interés a la dimensión subjetiva de los actores que dan vida y se apropian del espacio. El territorio sería estudiado como espacio vivido, sentido e imaginado. Pero en este trabajo se ha procurado hacer dialogar a las disciplinas geográficas y antropológicas, a fin de ofrecer un marco de análisis más complejo e interdisciplinar que nos permita corregir las asimetrías de un único enfoque. Desde la Antropología también lo local adquiere también una nueva dimensión esencial para aproximarnos al análisis de los procesos socioespaciales e históricos de las culturas localizadas. En particular desde la Geografía Humana, están comenzando a oírse voces que abogan por que dicha disciplina sea elaborada desde el área de estudio y por la población de dicha área. Éste viene a ser el principal postulado de una muy reciente y novedosa subdisciplina nacida en el seno de la Geografía Humana anglosajona y a la que se le ha denominado como Geografía Indígena atendiendo a la revitalización de las culturas originarias (Coombes, Johnson J., Howitt, 2011). Para ello el enfoque regional así como la Geografía Humana -en especial del ámbito anglosajón- ha constituido un campo especial del que obtener una perspectiva que se ajuste más a lo que la investigación actual pretende. Los trabajos que se enmarcan en esta nueva corriente buscan revisar algunas premisas que se asentaron de manera firme en la disciplina geográfica en relación a la cuestión indígena y que ahora se están viendo sometidas a un cuestionamiento conceptual. Por otro lado pretende devolver la iniciativa de acción a las comunidades indígenas para restituir el valor que entraña el conjunto de conocimientos locales. Reconoce la herencia colonial que ha caracterizado tradicionalmente el enfoque en los estudios indígenas. Este reconocimiento se convierte en el punto de partida desde el cual se busca restablecer, en el marco del proceso de descolonización, los postulados de las investigaciones geográficas en relación a las poblaciones indígenas. Esta nueva estrategia introspectiva está dirigida a lograr una colaboración, cooperación y reciprocidad para con los protagonistas de dichas investigaciones, es decir, las comunidades indígenas, desde una nueva ética investigadora, la cual comienza incluso a rechazar la noción de investigación por considerarla un producto colonial. De la mano de los estudios insertos en la corriente de la Geografía Indígena, aparece una nueva metodología de investigación denominada ¿Metodologías Indígenas¿. La pretensión fundamental de este conjunto de estudios consiste en otorgar voz a aquellos que han sido ¿investigados¿ durante décadas sin haber contado con la posibilidad de manifestar a través de ellos mismos su propia episteme. Asimismo la Cartografía Indígena (o lo que vendría a significar lo mismo: la etnocartografía) pretende incorporar las tecnologías geográficas a la realidad particular a estudiar y evitar de este modo la pérdida de información además de aspirar a minimizar la asimilación y reinterpretación a la que se ven abocadas las sociedades indígenas cuando su propio conocimiento local es traducido por las técnicas de cartografía del mundo occidental. Lo que se busca conseguir a través de esta nueva aplicación es que las poblaciones indígenas con quienes se trabaja, participen del proceso de cartografiar el escenario geoespacial en el que ellas mismas se desenvuelven y en el que se insertan las dinámicas culturales y las actividades materiales de cada una de ellas. Los mapas presentados por estos equipos topográficos han contribuido, como herramienta contrahegemónica, a la demanda territorial justificando la ocupación ancestral del territorio por parte de las poblaciones originarias y el derecho, por tanto, a apropiarse de éste bajo los criterios jurídicos manejados por el Estado. Sin embargo, no se pueden pasar por alto las contradicciones y limitaciones de los procesos de etnomapeo y de los Sistemas de Información Geográfica Participativos, así como las relaciones asimétricas de poder en las que estos aparecen imbricados. La presente investigación ha combinado tanto técnicas de investigación cuantitativas como cualitativas para analizar los procesos territoriales de Mojos desarrolladas durante todo el proceso de investigación incluidas las estancias en campo en los años 2009 y 2010. Además del análisis documental de revisiones bibliográficas en centros de investigación, bibliotecas y archivos de diferentes países (España, Reino Unido, Bolivia y Brasil) destacan el trabajo de campo: observación participante, entrevistas semiestructuradas a informantes clave, encuestas de hogar y discusiones grupales. Entre las pertenecientes al segundo grupo figura el análisis de fuentes estadísticas así elaboración cartográfica a través de Sistemas de Información Cartográfica. El pueblo mojeño-ignaciano ¿asentado a día de hoy en la región amazónica de Bolivia- como partícipe del mundo global en el que está inmerso, no es ajeno a las dinámicas socioculturales globales que han contribuido a dar forma a una serie de transformaciones graduales que se han producido en diferentes ámbitos -las formas organizativas comunales, la organización territorial y el universo cultural de las comunidades locales-. Los indígenas ignacianos son partícipes de las redes comerciales del mercado local, como productores y consumidores; forman parte de organizaciones sociopolíticas locales y regionales, participan activamente en el aparato estatal y ocupan cargos públicos dentro de éste. La realidad que esta población indígena atraviesa en el momento actual denota la participación que como nuevos sujetos políticos desarrollan en la sociedad nacional. La identidad étnica del pueblo mojeño-ignaciano se ha ido transformando con la intención de aprovechar la coyuntura sociopolítica nacional y regional. De tal manera que justifica el uso en este trabajo del enfoque procesual y la concepción instrumental de la identidad. Actualmente el pueblo ignaciano se encuentra viviendo un proceso de reafirmación y consolidación de su identidad en el que ésta se repliega sobre sí misma una y otra vez. En efecto, la identidad colectiva aparece inmersa en un proceso histórico de construcción gradual. Un nuevo modelo de reorganización étnica se ha puesto en marcha a partir de las disputas por la ocupación territorial, resultado de la interacción entre procesos internos de las propias comunidades locales y las redes nacionales e incluso transnacionales en las que se insertan. Se produce además un doble proceso entre la reafirmación identitaria por un lado y la reafirmación territorial por otro. La consolidación de los derechos territoriales se ha sustentado sobre el reconocimiento oficial como pueblos indígenas y por consiguiente de una certificación étnica ¿expedida desde órganos ministeriales-, de aquellos quienes demandaban la titulación de Tierras Comunitarias de Origen. Esto explica el hecho de abordar el binomio territorio-identidad, dado que ambos elementos aparecen inextricablemente unidos en el contexto mojeño. Palabras clave: Territorio, tenencia de la tierra, Pueblos indígenas, Amazonía, Bolivia.