Efectos de un programa de hidroterapia aplicado a mujeres diagnosticadas de gonartrosis y coxartrosis en centros de agua de la comunidad autónoma extremeña
- CARO PUERTOLAS, BERTA
- Silvia Teresa Torres Piles Director/a
- José Miguel Saavedra García Codirector/a
Universidad de defensa: Universidad de Extremadura
Fecha de defensa: 24 de febrero de 2010
- Francisco Maraver Eyzaguirre Presidente/a
- Yolanda Escalante González Secretario/a
- Antonia Aurelia Gómez Conesa Vocal
- Guillermo Téllez de Peralta Vocal
- Rosa Meijide Faílde Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
La osteoartrosis (OA) es una enfermedad crónica caracterizada por dolor articular, sensibilidad, limitación del movimiento, crepitación, edema ocasional y grados variables de inflamación local, pero sin efectos a nivel sistémico (Brandt 1986). El proceso de la enfermedad no sólo afecta al cartílago articular, sino que afecta a toda la articulación, incluido el hueso subcondral, los ligamentos, la cápsula articular, la membrana sinovial y los músculos periarticulares (Flores 2003). En España, un tercio de la población mayor de 35 años tienen algún tipo de artrosis. En concreto, un 21,4% de la población adulta española afirma haber sido diagnosticada de artrosis, artritis o reumatismo (ENS, 2006). La tendencia a desarrollar osteoartrosis (OA) aumenta con la edad y afecta tanto a hombres como a mujeres, siendo más frecuente en el sexo femenino, especialmente a partir de los 55 años. (Oliveria 1995, Sowers 2000). El objetivo de la fisioterapia para los pacientes con osteoartrosis (OA) es reducir el dolor percibido y aumentar la capacidad funcional de las articulaciones enfermas. Para lograrlo, los objetivos fisioterápicos en los que se basa la intervención del fisioterapeuta son principalmente aumentar la fuerza muscular, mejorar el equilibrio y la coordinación de los movimientos y aumentar la amplitud articular (Hurley 2003). El aumento de la fuerza muscular en los pacientes con osteoartrosis (OA) está relacionado directamente con el estado de la capacidad funcional de las articulaciones (Gur 2002)). Sin embargo, debido al dolor o a la grave incapacidad funcional que se instaura con los años, es difícil para el fisioterapeuta aplicar un programa adecuado de ejercicios encaminados a aumentar la fuerza. Además, hay que ser precavidos con el aumento del daño articular, ya que este factor contraindica realizar una gran variedad de ejercicios en un paciente con degeneración articular grave. Es por ello, que con el transcurso de los años, el ejercicio en el medio acuático, denominado hidrocinesiterapia, ha adquirido un importante protagonismo en el tratamiento fisioterápico de esta patología, ya que el medio acuático disminuye la acción de la fuerza de gravedad sobre las articulaciones dolorosas y reumáticas y brinda un alivio del dolor, al reducir la carga (Simon 1981). El tratamiento de hidrocinesiterapia consiste en aplicar un programa de ejercicios dirigidos a mejorar la capacidad funcional de las articulaciones afectas, disminuir el dolor y mejorar en definitiva la calidad de vida de los enfermos. La temperatura del agua en general debe ser de 26º C a 34ºC ya que disminuye el dolor, reduce la rigidez y produce relajación muscular. Por otro lado, al tratamiento de hidrocinesiterapia se le ha unido el tratamiento balneario, que incluye además de los baños en aguas termales con propiedades mineromedicinales, gran variedad de tratamientos termales (fangos, lodos, parafinas, baños a presión) (Verhagen 2000). Este estudio plantea dos objetivos generales: 1.Conocer los efectos que tiene un tratamiento de hidrocinesiterapia aplicado en piscina de agua corriente y en piscina termal, sobre la condición física saludable, capacidad funcional de las articulaciones, grado de afectación de la enfermedad, dolor percibido y calidad de vida relacionada con la salud, en mujeres diagnosticadas de coxartrosis y gonartrosis. 2.Determinar si existe diferencia en cuanto a los resultados obtenidos al aplicar el tratamiento de hidrocinesiterapia en mujeres diagnosticadas de coxartrosis y gonartrosis en piscina de agua corriente vs. piscina termal con propiedades mineromedicinales. La muestra total del estudio se subdivide a su vez en dos muestras: (1) la muestra correspondiente a piscina y (2) la muestra correspondiente a balneario. En la muestra correspondiente piscina, participaron un total de 66 mujeres (edad media 63.03; desviación típica 7.39 años) que realizaron el tratamiento de hidrocinesiterapia en la iscina municipal del Patronato Municipal de Deportes de Don Benito (Badajoz). En la muestra balneario participaron un total de 94 mujeres (edad media 69.57; desviación típica 5.77 años) y realizaron el tratamiento de hidrocinesiterapia en las piscinas termales de los Balnearios de Baños de Montemayor (Cáceres) y Balneario del Raposo (Badajoz). Todas las mujeres del estudio cumplimentaron un consentimiento informado y completaron el programa en el 100% de las sesiones. El criterio de inclusión fue que los sujetos estuviesen diagnosticados de coxartrosis y gonartrosis según los criterios que marca el American College of Rheumatology (Altman, 1986) y que superasen el cuestionario de aptitud para la actividad física (C-AAF; anexo I) que aseguraba que eran aptas para realizar el programa de ejercicio físico y las valoraciones (Thomas et al. 1992; Rodríguez, 1996). El estudio fue aprobado por el Comisión de Bioética de la Universidad de Extremadura (1996) y respetó los principios de la Declaración de Helsinki. EL tratamiento de hidrocinesiterapia constaba de 10 sesiones con una duración de 45 minutos. La frecuencia de aplicación en el grupo piscina fue de 2 sesiones semanales, en días alternos durante cinco semanas mientras que en el grupo balneario, la frecuencia fue de diez sesiones seguidas, durante la estancia de doce días en el balneario (en el grupo de balneario). Las valoraciones realizadas fueron: cuestionario socio-sanitario, condición física saludable, capacidad funcional de las articulaciones objeto de estudio, grado de afectación de la enfermedad, dolor percibido y calidad de vida relacionada con la salud. A continuación detallamos cada una de las valoraciones e instrumentos de medida utilizados en este estudio para poder llevar a cabo las diferentes partes de las que consta este trabajo. -Las características socio-demográficas, en las que se valoró además el estado de salud percibido y los hábitos de vida saludables. Estas características fueron analizadas a través de la auto-administración de un cuestionario socio-sanitario adaptado a nuestro estudio. -Condición física saludable. Talla, peso, equilibrio, agilidad y resistencia aeróbica (en el grupo piscina). -Capacidad funcional de las articulaciones. Fuerza muscular de las articulaciones implicadas (flexión/extensión de ambas rodillas, flexión/extensión/abducción de ambas caderas), amplitud articular de las articulaciones de cadera y rodilla (flexión/extensión de ambas rodillas, flexión/extensión/abducción de ambas caderas). - Grado de afectación funcional (Índice de Lequesne) - Dolor percibido (EVA). -Calidad de vida relacionada con la salud. Fue valorada a través de la auto-administración en presencia de un investigador del cuestionario SF-36 Health Survey (Ware y Sherboume, 1992; McHorney et al., 1994). En este cuestionario se valoran ocho dimensiones: función física, rol físico, dolor corporal, salud general, vitalidad, función social, rol emocional y salud mental. El análisis de los resultados se realizó a través del programa SPSS v.15, calculando descriptivos básicos y realizando una comprobación de la normalidad de la muestra de todas la variables a través de la prueba de Kolmogorov-Smirvov. Una vez confirmada esta prueba, se realizó un análisis de t- test para muestras relacionadas entre el pretest y el postest, un t- test para muestras independientes para comprobar las tasas de variación entre el pretest y el postest de los grupos piscina y balneario y por último, para analizar el cuestionario socio-sanitario, se realizó la prueba de Chi-cuadrado de Pearson y test estadístico de Fisher. A continuación expondremos las conclusiones finales de la presente investigación, fruto de los objetivos planteados en el estudio. Podemos afirmar que: 1.El tratamiento aplicado en piscina de agua corriente y en piscina termal, en mujeres diagnosticadas de gonartrosis y coxartrosis, no mejora la condición física saludable, si bien, hemos hallado mejoría en la resistencia aeróbica del grupo piscina y en la agilidad del grupo balneario. 2.Existe mejoría en la capacidad funcional de las articulaciones afectadas, ya que aumenta la amplitud en la mayoría de los recorridos articulares, y mejora la fuerza muscular de los miembros inferiores, tanto en el grupo piscina como en el grupo balneario. 3.El grado de afectación de la enfermedad y la calidad de vida relacionada con la salud, mejoran en ambos grupos tras aplicar el tratamiento de hidrocinesiterapia, mientras que en el dolor percibido, solo se obtiene mejoría en el grupo balneario. 4.El tratamiento de hidrocinesiterapia aplicado en las piscinas termales de los balnearios, es más efectivo en la mejoría de la agilidad y del dolor percibido, así como en las dimensiones de la calidad de vida relacionada con la salud del rol físico, dolor corporal y de salud mental, con respecto al grupo piscina.