Hacia un gobierno mundial

Abstract

La Hacienda Pública clásica estudia los bienes públicos y los impuestos en el ámbito espacial de los estados. Posteriormente aparecieron los estudios de federalismo fiscal que lo analizan en el ámbito de jurisdiciones inferiores. Progresivamente, han ido apareciendo bienes públicos globales y toda una problemática en el ámbito de la fiscalidad internacional que requiere otro ámbito de estudio. Al igual que el federalismo fiscal estudia las jurisdiciones inferiores al estado, ahora es preciso estudiar lo que sucede en ámbitos superiores. El problema adicional radica en que los bienes públicos y la fiscalidad tenían instituciones que los administraban (estados centrales o federados) y para estos nuevos tipos no existen todavía. El estado es una institución tan potente que nos lleva a pensar que existió siempre, cuando tiene una vida de pocos siglos. Es una creación humana que surgió en la sociedad para cubrir unas necesidades, dentro de un proceso evolutivo. De la misma forma se han ido creando instituciones internacionales (CE, ONU, etc.), pero que son enormemente débiles e insuficientes para cubrir las crecientes necesidades globales. Son los propios estados los que las crean y, al mismo tiempo, que evitan que tengan un poder excesivo que les reste protagonismo. Hasta ahora identificábamos gobierno con estado. Pero, las nuevas necesidades en el ámbito mundial hacen precisas formas de gobierno globales. La consolidación de las mismas requiere tiempo, para que la interacción entre los estados las vaya consolidando. Desde este punto de vista, podemos entender el fenómeno de la globalización como la tensión que se produce entre unas necesidades crecientes a nivel mundial y la carencia de instituciones que las cubran. El mundo se ha ido globalizando desde la mas remota antigüedad, pero es ahora cuando aparecen bienes públicos globales, que tienen que ser producidos y carecen de cobertura. La economía clásica, e igualmente la Hacienda Pública clásica, estudia básicamente estados de equilibrio, a través de modelos matemáticos inspirados en la física. Para este trabajo, hemos recurrido al método evolutivo, que aunque curiosamente Darwin se inspiró en el trabajo del economista Maltus para desarrollar su obra El Origen de las Especies, su método fue largamente ignorado por los científicos de la economía.