Actitudes de los estudiantes hacia los trastornos mentales

Abstract

En España, con la Ley General de Sanidad, del 5 de abril de 1986 (artículo 20), se inicia el proceso reestructuración de la atención en salud mental, mediante la integración de la atención psiquiátrica en los hospitales generales y la creación de los dispositivos comunitarios. Desde entonces, los antiguos pacientes crónicos ahora "desinstitucionalizados" junto con los nuevos crónicos conviven y son tratados en su propio entorno. Este salto cualitativo de lo institucional a 10 social hace que cobren un protagonismo importante la familia y la sociedad como "agentes terapéuticos" capaces de colaborar en el cuidado, integración y reinserción de los enfermos mentales. A pesar de todo, estamos asistiendo en estos momentos a numerosas incertidumbres, por parte de los investigadores de la salud mental, respecto a cuestiones como: ¿hasta qué punto el proceso de reforma psiquiátrica ha repercutido de modo favorable en la opinión pública respecto a los trastornos me'ntales y el paciente mental?, ¿estaba la familia y la sociedad preparadas o dispuestas para asumir el papel que les corresponde, para convivir con los pacientes y brindarles un rol aceptable en la comunidad? Estas preocupaciones se agravaron aún más ante la evidencia de que el estigma asociados a los trastornos mentales todavía persisten e influyen en las emociones y conductas hacia la persona etiquetada como "enferma mental". Incluso, se considera que, hoy día, el estigma en salud mental, junto al desarrollo insuficiente e inadecuado de la atención comunitaria, representan una barrera social de primer orden para "normalizar" las condiciones de vida de los paciente y reintegrarles en la comunidad (Berker y Vázquez-Barquero, 2001; Rutz, 2001; Stuart y Arboleda-Flórez, 2001). En Galicia, a partir del Plan Gallego de Saúde Mental, aprobado por Decreto 389/15 de abril de 1994, se puso en marcha el proceso de reforma en que la atención comunitaria se ha